La vida nos pone situaciones de todo tipo, a veces en las más maravillosas que podamos vivir y otras veces en las más dolorosas, es justo por la segunda que estoy aquí.
No es que yo tenga la fórmula secreta para encontrar el sentido de vivir la vida de cada uno de nosotros, pero te compartiré mi experiencia y deseo con todo mi corazón y mi alma que pueda darte esperanza, que pueda inspirarte a encontrarlo y que lo puedas sentir, vivir y verificar desde tu propia experiencia.
UN ALIENTO DE ESPERANZA.
Hace tiempo perdí a un ser muy querido y muy importante para mí, me dolió demasiado, ya había perdido a otras personas anteriormente y también me dolieron mucho, pero he aprendido que cada una de nuestras pérdidas nos deja un dolor y un aprendizaje diferente. Esta vez, fue la pérdida más difícil y dolorosa para mí, pues se fue una persona que compartió conmigo su amor incondicionalmente por la gran parte de mi vida. Por más que trataba de entender ¿por qué una persona con tanto amor en su alma se había ido de este mundo?, no lograba encontrar una explicación, no creía posible que una persona con tanta bondad y deseos de seguir viviendo tuviera que partir.
Esa experiencia me había quitado las ganas de realizar cualquier actividad, pensaba que no tenía sentido ponerle ganas a la vida si de cualquier manera vamos a morir, pensaba que no servía de nada hacer algo por ser felices y estar bien. Me sentía muy triste, enojada y decepcionada de la vida.
Viví varios días con depresión, dejé de hacer las actividades que me hacían sentir bien, solo despertaba para ir al trabajo, llegaba a mi casa para comer un poco, bañarme y dormir temprano, no sentía interés por nada. Hasta que llegó un día en el que mi ser no podía más, no podía seguir pasando tanto tiempo con tantos sentimientos y pensamientos negativos, sentía en mi alma (o por dentro de mí) que no quería seguir viviendo así, mi alma me pedía que hiciera algo por sanarme, necesitaba algún tipo de “ayuda” que pudiera darme un aliento, un poco de esperanza, necesitaba volverle a encontrar sentido a vivir la vida.
Fue entonces cuando dentro de mí despertó la idea de leer un libro, como si supiera que leer era la cura para mi dolor, pues mi mente pensaba cosas horribles y eso me generaba emociones negativas, tristeza, coraje, enojo, etc., entonces creí que lo que necesitaba era cambiar mis pensamientos, alimentar mi mente nuevamente, desechar los malos pensamientos de mí y sembrar nuevos conocimientos que me generaran emociones positivas.
Ya tenía bastante tiempo que no leía un libro, en la universidad donde estudié había una gran biblioteca, allí comenzó mi gusto por la lectura. Algunos días pasaba mucho tiempo sola y la mayoría de mis ratos libres los pasaba en la biblioteca, disfrutaba mucho leer, disfrutaba estar conmigo misma a solas, aprendiendo cosas nuevas de cada uno de los libros, pero al salir de la universidad dejé de hacerlo, dejé de leer.
Así que no lo pensé y me fui en busca de un libro, la verdad no tenía idea de qué tipo de libro quería o necesitaba leer, fue solo estando en la librería cuando pasaba por cada estante, observando cada libro, cuando entonces me encontré con uno de ellos, con solo verlo me llenó el corazón, sentía que era el indicado, fue como si el libro me dijera “soy yo lo que buscas”, así que lo compré.
“CREE EN TI”, Rut Nieves.
Es el libro que ha cambiado mi vida, que me ha transformado, me ha ayudado a conocerme y sanarme poco a poco, es el libro que cumplió con lo que necesitaba, cambiar mis pensamientos positivamente. Este libro, explicado desde la humildad y la propia experiencia, me hizo aprender demasiadas cosas, entre ellas aprendí a conocer mi mente y a actuar desde el amor.
«Si tú no trabajas por tus sueños, alguien te contratará para que trabajes por los suyos”.
Steve Jobs
Es una frase que me hizo reflexionar mucho. La situación que pasaba y mis sentimientos negativos empezaban a tener relación con todo lo que había en mi vida. Con la ayuda de “Cree en ti” descubrí desde mi experiencia, que mi dolor no empezó con la pérdida de mi ser querido, si no que fue el vivir la situación con tanto sufrimiento la que me hizo abrir los ojos y darme cuenta de que mi vida necesitaba cambiar en todos los sentidos. Observé el panorama de mi vida, empecé a comprender que la rutina de mis días no me ayudaba a ser feliz de la manera que yo deseaba, que estaba estancada, que no estaba cumpliendo mis sueños, que no tenía en mi ser esa energía positiva que me permitiera ver el camino correcto y que tampoco sabía que existía la manera de poder verlo.
Una de las primeras cosas que entendí que no me ayudaban a ser feliz y que me gustaría contarte porque creo que es importante compartirlo, era que pasaba la mayor parte del tiempo de mis días en un lugar que no me llenaba el corazón; mi trabajo. Vivía cinco días a la semana despertando sin sentir emoción por lo que hacía, después del trabajo llegaba a casa sintiéndome exhausta e insatisfecha, pues cada día era lo mismo, despertar muy temprano, acudir al trabajo conformándome con ganar lo suficiente solo por el sueldo de cada mes, pagar deudas y seguir pagando deudas, sin crecer económicamente, sin disfrutar completamente del tiempo de mis días, de mi dinero, de mis seres queridos, simplemente no disfrutaba de mí misma, pasaba la vida en automático, entonces me sentí identificada con la frase; vivía trabajando para cumplir los sueños de alguien más y no los míos.
Y es que uno no lo comprende, crecemos creyendo que el éxito de la vida es estudiar, graduarse de una carrera (que a veces no sabemos si la carrera que elegimos es nuestra verdadera vocación, pero que no debemos perder el tiempo y entonces elegimos alguna para seguir continuando), y conseguir un empleo seguro y bien remunerado para no preocuparnos por la jubilación. Finalmente muchas veces ni siquiera ejercemos la carrera que estudiamos. Hacemos inconscientemente lo que ya está establecido en el sistema y no lo que realmente amamos, quizá para no ser juzgados o por el miedo al fracaso, y ni siquiera nos detenemos a pensar o sentir si realmente es la vida que queremos vivir. Creo que podemos vivir una vida extraordinaria haciendo lo que realmente amamos y no conformarnos solo con sobrevivir.
Y volviendo a mi historia, no es que nada me hiciera feliz en mis días, claro que había otros motivos que me hacían sentir feliz, como mi familia, mis amigos, el tener un poquito de tiempo para dedicarme a otro trabajo que sí me hace sentir feliz, pero esos pequeños ratos conformaban una muy pequeña parte de mis días, claramente el mayor tiempo del día estaba en el lugar equivocado, donde no me sentía plena, donde no disfrutaba, donde no sentía que vivía para mí si no para alguien más.
Comprendí que no quiero esperar más para dedicarme por completo en mis días a algo que me haga sentir feliz, quiero vivir para cumplir mis propios sueños. Descubrí que es posible, es posible despertar cada mañana con alegría, levantarme de un salto con el entusiasmo y la motivación de realizar algo que me llenará de satisfacción y energía, que aportaré algo de mí al mundo cumpliendo mi propósito de vida y que el dinero puede llegar fácilmente a mí simplemente haciendo lo que amo.
LA RESPUESTA
Cree en ti, me hizo aprender que nada en la vida es casual, las pérdidas, las enfermedades, las separaciones etc., son situaciones que la vida pone en nuestro camino para tratar de despertarnos suavemente y cuando no lo hacemos empieza el sufrimiento, y si no aprendemos, llegará un momento que sucederá algo que nos hará aprender y despertar de golpe. Pero no es que la vida quiera hacernos sentir mal o hacernos daño, ni tampoco es que nosotros no queramos aprender, simplemente no tenemos el conocimiento de que podemos cambiar nuestra mente y transformar nuestra realidad, no lo sabemos, no sabemos que estamos perdidos, que también hay un aprendizaje en cada situación que nos molesta, que nos incomoda o que nos hace sentir mal. No sabemos que la vida es un espejo y esta solo nos refleja en los demás aquello que somos, no sabemos cómo funciona nuestra mente, nuestro corazón, nuestras emociones y la relación que hay en nuestras creencias y nuestra vida actual, pensamos que la vida es injusta, que hace mejor a unas personas que a otras y que es muy difícil hacernos felices a nosotros mismos, pero en realidad ese golpe y abrir de ojos que nos da la vida es para despertar, recordar y descubrir que cada uno de nosotros venimos a ser felices.
El más grande aprendizaje de esta situación y de este libro, fue el valor de la Gratitud, pues me enseñó a sentirme agradecida por mi vida y por todo lo que tengo en ella, AGRADEZCO TODO lo que la conforma, cada pequeño detalle es importante por lo cual sentirme feliz. Agradezco el aire que respiro, el agua que tomo, la cama en la que descanso, el techo del hogar donde vivo, mi familia, mi salud y el trabajo que me ayuda a solventar mis alimentos. Y es que he entendido que el sentir agradecimiento nos hace sentir felicidad, somos bendecidos simplemente por tener vida, somos bendecidos porque somos seres deseados. Vivamos felices en cada uno de nuestros días, amando y agradeciendo cada cosa que hacemos y tenemos. Entendí que por cada motivo que nos aqueja hay miles de motivos por los cuales sentirnos agradecidos y entonces así se transforman en felicidad. Entendí que es más importante vivir el momento y el ahora, y que no es la meta lo que nos hace felices si no el camino que recorremos.
Este libro tiene un sin fin de aprendizajes, apareció justo cuando más lo necesitaba, tal vez si te sientes identificado conmigo también te ayude a ti, o tal vez sea otro título, otro autor, o no precisamente la lectura, quizá sea otra actividad, sea cual sea tu caso, solo tienes que escucharte un poco más, si reconoces que necesitas un cambio, la respuesta está dentro de ti, así es como en mi experiencia volví a encontrar el sentido a vivir, HAZ AQUELLO QUE INTUYES, nuestra intuición a veces nos puede sorprender, nos puede sanar, nos puede salvar. De verdad creo que podemos ser más libres y más felices y lo único que necesitamos es escucharnos, como dice Rut Nieves “Lo más valiente que hay en la vida es atreverse a escuchar a tu corazón”.
“Si esperas a estar listo, vas a quedarte esperando el resto de tu vida”
Este blog era un sueño que tenía desde hace mucho tiempo pero que por miedo no me animaba a iniciar, y comprendí que si seguía esperando jamás iba a estar lista. Como lo dije anteriormente, comprendí que el momento es AHORA MISMO, que mis sueños y mi vida no podían seguir esperando más tiempo para ser cumplidos, que ahora tengo confianza en Dios y en el Universo, pero sobre todo en mí. Siento que tal vez compartiendo mi experiencia puedo aportar un granito de arena al mundo, sobre todo para aquellas personas que se sienten, o sintieron lo que yo y necesitan un rayito de luz, un aliento, una señal para salir adelante y poder crear de nuevo en la vida ganas de disfrutar cada día. Tomemos acción de lo que queremos realizar en la vida sin miedo, sin importar si nos equivocamos, que lo importante sea intentarlo, sentir, vivir, compartir, disfrutar y aprender de cada momento y de cada uno de nuestros errores también, tomar ACCIÒN y no quedarnos a esperar, solo así podremos saber si es el camino correcto o no.
SANANDO MI ALMA
Pues bien, sigo en el camino por conocerme a mí misma, tratando de encontrarme, conociendo mi mente, intentando cambiar todo aquello que no me hace feliz, intentando descubrir mis emociones escuchando a mi corazón, sintiendo gratitud por todo lo que tengo en mi vida y lo que aún no tengo, haciendo aquellas cosas que me gustan y descubriendo aquellas cosas que aún no conozco si me gustan, intentando cumplir mis sueños, alimentando mi mente de energía positiva, cuidando de mí, de mi salud, sobre todo, conociendo nuevas personas que se están convirtiendo en referentes en mi vida, intentando SER el cambio que quiero ver en el mundo, y lo más importante; aprendiendo a amarme a mí misma para poder amar a los demás.
Agradezco el inicio de este proyecto, porque es parte de mi nuevo yo, hecho con todo el amor y dedicado para todas las personas que necesiten un poco de aliento amoroso en sus vidas, va dedicado en especial a mi segundo papá “Salvador”, así como su nombre, él salvó mi alma, porque con el dolor de su partida hoy me encuentro aquí, escribiendo, cumpliendo mis sueños y compartiendo el desarrollo de mi sanación y mi transformación.
Como ya lo he mencionado anteriormente, la vida es muy sabia y nos da a cada uno lo que necesitamos para aprender a ser felices. A veces es necesario vivir la situación más dolorosa para enseñarnos a abrir los ojos, ver nuestra vida desde una perspectiva más amplia para poder evolucionar, a veces no nos damos cuenta de que nuestra rutina no nos hace sentir felices y culpamos a todos y a todo, creemos que somos fruto de las circunstancias, pero los únicos responsables de nuestra felicidad somos nosotros mismos. Tratemos de escucharnos más y comencemos a aprender de las pequeñas situaciones que vivimos y de las personas que nos rodean. Aprendamos a tratarnos con amor y hacer el bien a los demás.
GRACIAS POR SALVAR MI ALMA
Gracias CHAVA por enseñarme a valorar mi vida, por dejarme en este mundo el deseo de vivir y ser feliz, gracias por cada momento, cada consejo, cada sonrisa, cada silencio, y gracias por tu hermosa compañía. Gracias por enseñarme a cuidarme y enseñarme que la salud es el tesoro más grande que posee el ser humano. Gracias por el amor que me ensañaste a compartir con cada persona que uno se encuentra en la vida, porque uno no sabe quién puede ser tu nuevo papá, tu nuevo hijo o tu nuevo amigo. Gracias por enseñarme a no quejarme de la vida y en vez de eso, ver y agradecer las cosas buenas que nos da. Gracias porque aunque es muy difícil saber que ya no estás con nosotros, tu partida me ha enseñado a escuchar a mi corazón, cambiar y vivir con amor mi vida, gracias por enseñarme la importancia y la magia que hay detrás de amarme a mí misma y enseñarme a entender la frase “amar a tu prójimo como a ti mismo”. Gracias por ayudarme a descubrir que todo esto, es la respuesta para volver a encontrarle el sentido a vivir mi vida. Gracias por salvarme el alma con tu amor, gracias por dejarme un mundo de aprendizajes nuevos, el mundo más grande y el más importante de mi vida. MUCHAS GRACIAS mi SALVADOR DE AMOR.
Un pensamiento en “¿Cómo volver a encontrarle sentido a vivir?”